
En comunicación con Radio Fueguina, el productor agropecuario Sergio Astorga compartió su experiencia y visión sobre la posibilidad de cultivar en invierno en un clima tan hostil como el de Tierra del Fuego. Lejos de desmentir las dificultades, Astorga reconoció que el contexto es adverso, pero aseguró que con planificación y técnicas adecuadas, es posible sostener una producción agrícola durante gran parte del año.
“La clave es planificar bien la temporada y elegir cultivos que se adapten al frío extremo”, explicó. En su caso, ha logrado buenos resultados con coles, kale y el topinambur, un tubérculo poco conocido pero muy resistente a las bajas temperaturas. Además, destacó el valor nutricional de estos cultivos y su contribución a la soberanía alimentaria.
Astorga remarcó que muchas de estas prácticas no son nuevas, sino que se remontan a las raíces históricas de la localidad, cuando los vecinos cultivaban en sus patios incluso a cielo abierto. “Lamentablemente, ese saber se fue perdiendo con el tiempo, pero hoy estamos retomándolo”, afirmó.
A pesar de los avances, el productor señaló varios obstáculos estructurales: falta de difusión, escaso apoyo logístico, riesgo climático y dificultades para insertar estos productos en el mercado local. “El gran desafío es pasar de la experiencia individual al volumen de producción que permita abastecer sostenidamente a la comunidad”, explicó.
También hizo referencia al alto costo de producir en forma agroecológica, aunque aseguró que con técnicas como el compostaje, el uso de ceniza y estiércol, se puede prescindir de insumos externos y abaratar el proceso.
Finalmente, Astorga valoró el rol de las mujeres productoras, muchas de ellas invisibilizadas, que sostienen con esfuerzo sus chacras en condiciones climáticas extremas. “Hay un trabajo silencioso que no se ve, pero que tiene un impacto real en la alimentación local”, concluyó.
Su testimonio dejó al descubierto que, más allá del esfuerzo personal, sigue faltando una política pública concreta que apueste a la producción local como herramienta estratégica para enfrentar la crisis alimentaria y el aislamiento económico del extremo sur argentino.
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