Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido

Click aquí para activar las notificaciones y recibir las noticias directamente en su escritorio.

Río Grande

De la línea de celulares al bombo en la calle: el testimonio de un obrero en alerta

En una fría jornada de mayo en Tierra del Fuego, donde la nieve cae como telón de fondo y los tambores de protesta resuenan en las calles de Río Grande, Marcelo Ledesma se convierte, sin proponérselo, en una de las voces más claras de una comunidad en alerta. Tiene 47 años, trabaja desde hace 18 en la fábrica Radio Victoria, y sabe, como tantos otros, que el futuro laboral en la isla pende de un hilo.

El contexto es conocido: los decretos 333 y 334 del Gobierno Nacional pusieron en jaque al régimen de promoción industrial fueguino, generando preocupación e incertidumbre entre miles de trabajadores. Pero más allá de los números y los análisis políticos, hay historias, vidas atravesadas por decisiones tomadas a miles de kilómetros.

Marcelo no necesita muchos rodeos para explicar lo que siente. “Estamos cerca de la bandera a cuadros”, dice con ironía y resignación en diálogo con Radio Provincia mientras cuenta que llegó a Tierra del Fuego a los ocho años y desde entonces, trabajó de todo: vendió diarios en la calle San Martín, cintos, lotería, fue carpintero, carnicero, comunicador. “Siempre hice de todo para salir adelante. Pero la fábrica es indispensable en mi vida. Porque gracias a este trabajo, puedo sostener mi militancia de vecino, mis luchas, mis principios”, expresa con firmeza.

Durante el paro del 21 de mayo, la sensación de pertenencia se hizo carne. “Jornadas como hoy me hacen sentir una fuerza que no sabía que tenía. Porque esta lucha se sumó a la mochila. No la buscamos, pero nos cayó encima”, cuenta. Y lo dice con emoción, recordando cómo, apenas unos días antes, hablaban en la línea de producción sobre temas cotidianos —los alfajores, los partidos, el frío— hasta que llegó el golpe: la posibilidad real de quedarse sin trabajo.

A pesar de los matices que siempre existen en cualquier grupo humano, Marcelo siente que el mensaje caló hondo entre sus compañeros. “Algunos no fueron al paro por vergüenza, porque defendieron al gobierno actual. Pero todos, sin excepción, saben que esto es grave. Que de esta salimos todos juntos, o no salimos”.

Sobre el comunicado de la empresa Mirgor, que aseguró que no habrá despidos, Marcelo es escéptico. “Conozco la historia. Perdieron el comedor, el transporte. Se fueron de AFARTE. No me tranquiliza una carta romántica. Esto no es un tema de promesas, es un tema de decisiones concretas”, explica. Y remata con una reflexión cruda: “Dentro de seis meses va a haber arancel cero. Si yo fuera empresario, ¿no aprovecharía para producir ahora, limpiar y después ver qué pasa?”.

Por eso, aunque no conoce los detalles de la convocatoria al diálogo anunciada por el gobernador Gustavo Melella, Marcelo la valora. “Aplaudo cualquier iniciativa. Pero esto lo tienen que resolver los que toman decisiones. Esta lucha no es de los trabajadores. La impusieron los decretos, las leyes, los políticos. Que se hagan cargo”.

Antes de terminar la entrevista le preguntan. ¿Qué representa para vos la fábrica?

Y ahí, Marcelo deja de hablar solo como operario y lo hace como ciudadano, como padre, como fueguino. “Es mi base. Gracias a este trabajo puedo seguir escribiendo, protestando, informando, sosteniendo lo que creo. Si lo pierdo por luchar, ni siquiera voy a poder dejar un currículum. Porque con 48 años, ¿dónde me van a tomar? Pero si me tengo que ir, me voy con orgullo. Porque esta lucha me hace sentir vivo”.

Ahí queda su voz. Una historia entre miles. Una historia que, como tantas otras, define lo que está en juego: el trabajo, la dignidad y la esperanza de una Tierra del Fuego que no quiere ser olvidada.

Compartinos tu opinión

Te puede interesar

Últimas noticias

Fotos

Queremos invitarte a conocer Tierra del Fuego a través de sus maravillosos paisajes.

DJI_0453.jpg

ver todas las fotos

Videogalería Ver más

Momentos TDF

Teclas de acceso