
Este mediodía, la ciudad de Río Grande vivió una de las manifestaciones más masivas de los últimos tiempos. Miles de personas colmaron la calle Islas Malvinas frente a la planta de Mirgor, en el corazón del Parque Industrial, en una jornada de paro provincial que expresó el firme rechazo a las políticas del Gobierno Nacional, acusadas de amenazar el régimen de promoción industrial, los puestos de trabajo y la soberanía económica de Tierra del Fuego.
Desde las primeras horas del día comenzaron a llegar delegaciones de trabajadoras y trabajadores de las distintas fábricas de la ciudad, empleados del comercio, estatales, sindicatos del ámbito privado, jubilados, docentes, estudiantes universitarios, agrupaciones políticas, sociales y vecinos autoconvocados. Todos se unieron detrás de un mismo reclamo: defender el empleo, el modelo productivo fueguino y el derecho a vivir con dignidad en la isla.
El acto central, que se extendió por más de dos horas, incluyó una larga lista de intervenciones representativas de diversos sectores que componen el entramado social y laboral de la provincia. El tono fue contundente, pero respetuoso, y el compromiso, absoluto.
El primero en tomar la palabra fue Horacio Catena, del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación Fueguina (SUTEF), quien abrió el acto con un discurso enérgico:
“No nos vamos a rendir frente a un gobierno que viene a entregar nuestra soberanía, que viene a destruir el empleo y que desprecia la industria nacional. Acá estamos los fueguinos y las fueguinas, de pie, para decir que no vamos a permitir que nos saquen el futuro. La soberanía no se celebra una vez al año, se defiende cada día que entramos a trabajar, cada vez que enseñamos, cada vez que estudiamos o producimos”.Luego fue el turno de Luz Soles, estudiante de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego, quien representó al sector estudiantil y vinculó la lucha de la clase obrera con la defensa de la educación pública:
“La misma bota que oprime a los trabajadores es la que golpea a los estudiantes, a los jubilados, a las familias de esta provincia. Estamos acá porque sin industria, sin trabajo, sin educación pública, no hay futuro. Queremos un plan de vida posible en Tierra del Fuego. Y eso se construye con trabajo digno, con universidades abiertas y con soberanía económica. El ajuste nos castiga a todos, pero hoy estamos juntos, y eso es lo que más teme este gobierno: la unidad del pueblo fueguino”.Desde Vialidad Provincial, Javier Godoy denunció el intento de desmantelar el aparato productivo de la provincia:
“Nos quieren sacar la comida de la boca. Este no es un problema de un gremio, es una embestida contra todos los trabajadores, contra toda la comunidad. No vamos a permitir que la provincia quede desierta para el negocio de unos pocos. Tierra del Fuego no se entrega”.El veterano de guerra Roma Alancay también hizo uso de la palabra y se ganó el aplauso cerrado del público al señalar:
“Nosotros no defendimos las islas en 1982 para que hoy nos vengan a decir que nuestra provincia es un gasto. Tierra del Fuego es parte de la soberanía nacional. Cada puesto de trabajo es soberanía. Cada fábrica encendida es defensa de la patria. Los veteranos estamos con los trabajadores. Siempre”.Desde la provincia de Santa Cruz, Miguel Del Plá trajo la solidaridad de otras latitudes de la Patagonia:
“Esta lucha no es sólo fueguina. Es patagónica. Es nacional. Quieren despoblar nuestras provincias, vaciarlas de derechos, de recursos y de gente. No estamos defendiendo privilegios: estamos defendiendo trabajo y dignidad. No vamos a permitir que nos transformen en zonas de sacrificio”.René Vergara, referente de los trabajadores petroleros, señaló:
“La conciliación obligatoria no nos detiene. Nos quieren desunidos, pero estamos más juntos que nunca. En los años 80 y 90 también quisieron destruir nuestra provincia. Hoy, como ayer, vamos a pelear por cada derecho y por cada puesto laboral. Y no vamos a dejar solos a nuestros compañeros”.Daniel Rivarola, del Centro de Empleados de Comercio, recordó el aporte silencioso de cientos de trabajadores y trabajadoras del comercio en las plantas del parque industrial:
“Muchos de los nuestros trabajan dentro de las fábricas, limpian, hacen mantenimiento, sostienen la producción. Hoy cerramos los locales porque no podemos mirar para otro lado. Estamos con ustedes, porque también es nuestra lucha. Esta provincia no resiste más ajustes”.Por su parte, Guillermo Vargas, del Sindicato de Camioneros, fue categórico:
“¿Para qué mandan gendarmería si acá están los verdaderos defensores de la provincia? A los empresarios les decimos: no se hagan los desentendidos. No vamos a entregar ninguna conquista, no vamos a retroceder. Acá no hay miedo, hay coraje y unidad”.Uno de los momentos más emotivos fue la participación de Rubén “Pollo” Sobrero, dirigente ferroviario que viajó desde Buenos Aires:
“Vinimos a poner el cuerpo con ustedes. No estamos en un parque de diversiones, estamos en una provincia que pelea por seguir viva. Vamos a dar la batalla juntos. Esta lucha no es local, es nacional. No vamos a permitir que nos arrasen”.El cierre del acto estuvo a cargo de Oscar Martínez, secretario general de la seccional Río Grande de la UOM, quien habló con fuerza, con emoción, y con el respaldo de una multitud:
“Hace una semana decidimos parar la producción, y fue la decisión correcta. No lo hicimos por impulso, lo hicimos con responsabilidad histórica, con la fuerza de nuestra organización y con el respaldo de este pueblo. Nos quieren imponer protocolos represivos, nos filman, nos mandan cartas documentos. Que vengan, que filmen, que escriban lo que quieran, porque no tenemos nada de qué arrepentirnos. Vamos a sostener con el cuero lo que decimos con la lengua”.Martínez no sólo repasó las amenazas y dificultades de estos días, sino que también evocó con orgullo la historia de lucha del movimiento obrero fueguino:
“Nos quieren disciplinar, nos quieren dividir, pero no lo van a lograr. Lo dijimos y lo repetimos: no vamos a volver a las fábricas hasta que no esté garantizada la continuidad laboral de todos nuestros compañeros y compañeras, efectivos y contratados. Porque acá no sobra nadie. No vamos a regalar nuestro futuro. No estamos defendiendo solo un salario: estamos defendiendo la posibilidad de vivir en nuestra tierra. De criar a nuestros hijos acá, de envejecer con dignidad, de tener un techo, una universidad, un trabajo”.Y cerró con un mensaje claro:
“Esta lucha recién empieza. Nos esperan días difíciles. Pero tenemos una historia que nos respalda y una provincia que nos abraza. No nos van a quebrar. Viva la clase trabajadora. Viva la unidad. Viva Tierra del Fuego”.La jornada concluyó con la interpretación de la Marcha de las Malvinas, ejecutada por músicos locales y acompañada por una multitud conmovida que, entre banderas argentinas y lágrimas, ratificó su compromiso con la defensa del trabajo, la producción y la soberanía.
Mientras tanto, en Ushuaia, también se desarrollaba una concentración con la presencia del secretario general nacional de la UOM, Abel Furlán, y dirigentes de distintas seccionales del país, en una clara señal de respaldo nacional al reclamo fueguino.
Lo vivido este 21 de mayo en Río Grande fue mucho más que una protesta: fue una demostración contundente de unidad y firmeza, una jornada que quedará en la memoria colectiva como el día en que un pueblo entero decidió decir basta.
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