
En diálogo con Minuto Fueguino, el piloto fueguino Matías Villarroel compartió sus sensaciones de cara a una edición muy especial del Gran Premio de la Hermandad, que este año celebra su 50° aniversario. El corredor, actual campeón de la categoría D, se mostró entusiasmado por volver a competir y defendió con orgullo el "1" en su vehículo.
“Contento de estar en estos 50 años. Trabajamos hace mucho tiempo para tratar de defender el 1 en la categoría D. Estamos casi listos para afrontar la carrera”, expresó Villarroel, quien destacó la importancia simbólica que tiene esta edición tanto para pilotos como para el público.
En relación con la preparación, sostuvo: “Ojalá que se sigan anotando ahora en el segundo periodo bastantes pilotos, ojalá que sea una fiesta para todo el público, para el organizador y para nosotros”, y agregó: “Estamos laburando fuertemente para estar a la altura de la carrera y más que nada disfrutar. Este año es muy especial para muchos”.
Consultado por los costos que implica participar, Villarroel reconoció que la situación económica no es sencilla: “Los costos subieron, subió todo. Se abarata en el sentido de la logística, como decís vos, pero la hoja de ruta es lo más caro hoy en día. Si querés andar bien en esta carrera tenés que recorrer mucho el camino, y así lo hicimos nosotros”. Y aunque aclaró que no se pone a hacer cuentas, aseguró: “Uno al fin del día no saca números, solamente le manda nomás por decir así y trata de tener lo mejor para la carrera”.
Con respecto a su objetivo en la competencia, fue claro: “Uno siempre sale a ganar, creo que cada persona que larga tiene ese sentimiento. Trabajamos para ese objetivo, el único resultado que nos sirve es ese. Vamos a disfrutar al 100% los dos días y todo lo que sea la previa y el post”.
En cuanto al estado actual del vehículo, explicó: “El auto todavía está desarmado, el chasis está casi listo. Estamos esperando una suspensión nueva y el motor también está desarmado. Está todo a cargo de Lalo Meloño, creo que tengo el mejor mecánico de la provincia. Estoy confiado, como me dice él: ‘mi responsabilidad es el auto, tu responsabilidad es la hoja de ruta’”.
Recordando la edición pasada, donde muchos pilotos enfrentaron sectores con mucho barro, Villarroel opinó: “Lo disfruté. Nuestro antepasado corrieron por peores situaciones. Fue la primera vez que afronté una carrera así y me divertí mucho. Obviamente hay que ser empático con los compañeros de ruta que la pasaron mal, pero yo pinché terror en el barro y después ganamos la carrera. Fue una linda experiencia”.
También se refirió a la preparación en función de los diferentes terrenos: “Yo creo que este año, como viene el clima, no sabemos qué vamos a tener. Estamos preparados para cualquiera de los tres pisos que haya”.
Sobre el tramo más complejo, como Flamenco, indicó que se confía en el trabajo previo y en el navegante: “Nosotros recorremos el camino hasta el jueves. En la parte chilena donde está permitido y en la argentina una semana antes. Vas confiando 100% en tu navegante, en lo que escribiste, y después es intuición. El camino cambia día a día, así que hay que ir resolviendo sobre el pucho”.
Para cerrar, agradeció a quienes lo acompañan en cada carrera: “Gracias a mi navegante, a mi familia por toda la mano que me da, a mi viejo, a mi mecánico Lalo Meloño, a todos los auspiciantes que me dan una mano, que sin ellos no podría estar acá. Ojalá que sea una fiesta para todos y que se viva como se merece el Gran Premio de la Hermandad”.
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