En los últimos 15 días, los combustibles volvieron a registrar incrementos en las estaciones de servicio de Tierra del Fuego, afectando de manera directa al bolsillo de los consumidores fueguinos.

El caso más notorio es el de la nafta Súper, que pasó de $1.088 a $1.111 por litro, lo que representa una suba del 2,1%. Se trata de un ajuste que se siente especialmente en Río Grande y Ushuaia, donde la mayoría de los vecinos depende del vehículo particular para movilizarse en distancias largas y con escasas alternativas de transporte público.

La tendencia se repite en el resto de los productos: la Infinia se elevó de $1.312 a $1.330 (+1,4%), el Diésel 500 de $1.279 a $1.299 (+1,6%) y la Infinia Diésel de $1.493 a $1.524 (+2,1%).

Los aumentos constantes —que se dan con frecuencia casi diaria— generan preocupación en distintos sectores de la comunidad. Comerciantes y transportistas advierten que cada incremento repercute en el costo de traslado de mercaderías, encareciendo la canasta básica y los servicios locales.

En paralelo, los trabajadores que dependen del uso del vehículo para llegar a sus empleos, como personal de fábricas y hospitales, sienten el impacto en sus gastos mensuales, mientras que las familias deben reorganizar su economía doméstica para afrontar los nuevos valores.

Con la Súper superando la barrera de los $1.100, el debate sobre la inflación y la política de precios de los combustibles vuelve a instalarse en la agenda provincial, dejando en evidencia cómo las modificaciones nacionales se trasladan con rapidez a las ciudades fueguinas.