Gabriel Mazza, presidente del Club Náutico “Ioshlelk Oten”, contó que este año la propuesta llega con un alto nivel de inscriptos, fuerte presencia de remeros fueguinos y de otras provincias, y una organización que pone el foco en la seguridad frente a las habituales condiciones de viento en la región.
“Somos amigos del agua –remarcó–. El Raid es, ante todo, una travesía. No sólo se trata de quién llega primero, sino de unir dos países a través del remo, sin contaminar y en un clima de juego y camaradería”.
Fechas y esquema de la travesía
El cronograma ya está definido:
- Sábado 22: traslado de embarcaciones y remeros hacia Timaukel y noche de pernocte en territorio chileno.
- Domingo 23: primera etapa de la remada hasta el sector conocido como Aurelia, con llegada prevista a media tarde para descanso de los equipos.
- Lunes 24 (feriado): tramo final hasta el Club Náutico “Ioshlelk Oten” en Río Grande, donde se realizará el cierre oficial con actividades de clausura.
Viento, marea y cuidados: una logística pensada para la seguridad
La principal preocupación de la organización vuelve a ser el viento fueguino. “En noviembre el viento no afloja, por eso analizamos largar cada vez más temprano”, comentó el presidente del club. Recordó que el año pasado zarparon a las 7 de la mañana y llegaron “con lo justo” por la marea, y señaló que las aplicaciones meteorológicas no muestran un panorama ideal, aunque confían en que se abra alguna ventana favorable.Ante ese escenario, el dispositivo de seguridad incluye:
- Charlas obligatorias para los inscriptos.
- Capacitación en RCP y nociones de autorrescate.
- Puntos de extracción a lo largo del recorrido.
- Acompañamiento y recomendaciones de Prefectura Naval.
El dirigente destacó además que el entrenamiento en pileta y el uso de gimnasios durante el invierno fueron posibles gracias al apoyo y subsidios del Municipio, lo que ayudó a sostener la preparación física de los remeros durante todo el año.
Un Raid cada vez más federal y binacional
La travesía dejó de ser hace rato un evento estrictamente riograndense. Este año se espera una fuerte presencia de remeros de Ushuaia –que ya representan más de la mitad de los inscriptos– y un crecimiento de participantes de otras provincias del país.Del lado chileno, el vínculo con clubes de Punta Arenas y la recuperación del tramo hasta Timaukel refuerzan el carácter binacional del evento. Mazza agradeció especialmente al cónsul de Chile en Río Grande, Roberto Ruiz Piracés, por su rol en la articulación con municipios y cámaras locales, lo que permitió darle mayor visibilidad y respaldo institucional al Raid.
“El año pasado la nota en un medio nacional ayudó muchísimo, y el apoyo del cónsul fue clave. Él entendió que esto es unir ambos países a través del río, de manera limpia y lúdica”, valoró.
Inscripciones y requisitos: cómo participar
La organización insiste en que la prioridad es la seguridad y la experiencia mínima para afrontar la distancia. Entre los requisitos se encuentran:
- Contar con experiencia previa en travesías o en actividades similares.
- Manejar principios básicos de autorrescate; los menos experimentados pueden integrarse en botes dobles junto a remeros con más trayectoria.
- Acreditar una condición de salud acorde a una remada prolongada (la organización podrá solicitar certificados o documentación).
- Asistir obligatoriamente a las charlas y capacitaciones de RCP, seguridad en el agua y pautas de Prefectura.
Para las delegaciones del norte del país, que vienen participando con frecuencia, el Club Náutico pone a disposición sus instalaciones como alojamiento durante la semana del evento, para aliviar costos de hotelería y facilitar la logística.
Tradición, nombres propios y raíces fueguinas
Con 34 ediciones a cuestas, el Raid se sostiene en una base de remeros históricos que se repiten en las listas año tras año. Entre los nombres que mencionó Mazza aparecen Luís Gamín, Don Navarro y Pablo Kommer, entre otros, quienes representan el “núcleo duro” que mantiene viva la tradición.El presidente del club también recordó que “Ioshlelk Oten” es un homenaje a la lengua originaria y al vínculo fundacional con el agua y el territorio fueguino, una marca de identidad que los primeros impulsores quisieron dejar grabada en el nombre de la institución.
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