
La Armada de Chile ha intensificado la vigilancia en el Estrecho de Magallanes para supervisar el tránsito de flotas pesqueras internacionales, en particular las provenientes de China, que atraviesan esta estratégica vía marítima entre abril y julio en busca de áreas extractivas de calamar.
Según informó la Tercera Zona Naval, el paso de estas flotas, que puede llegar a unas 150 embarcaciones por temporada, se realiza bajo la figura de "paso inocente", en cumplimiento del Derecho Internacional Marítimo, lo que implica que las naves no pueden realizar actividades de pesca ni detenerse en puertos chilenos durante su tránsito.
Para garantizar el cumplimiento de las normativas, la Armada ha desplegado una amplia red de monitoreo que incluye faros, radioestaciones, capitanías de puerto, y recientemente se sumaron patrullajes aéreos, como el realizado el 22 de abril por un helicóptero Airbus AS365 Dauphin del Grupo Aeronaval Sur.
Las embarcaciones transitan en convoyes de seis naves y deben aguardar en una zona de espera en la bahía Posesión antes de avanzar hacia la boca occidental del estrecho, medida destinada a ordenar el flujo y minimizar riesgos en una región de alta sensibilidad ambiental.
Tensión en América Latina por la actividad pesquera china
El creciente tránsito de flotas chinas en el Atlántico Sur también genera preocupación en otros países de la región. Recientemente, un operativo de la Armada Argentina detectó la presencia de 380 embarcaciones extranjeras en las inmediaciones de la Milla 200, límite de la Zona Económica Exclusiva, de las cuales más del 80% eran de bandera china.
Estos barcos, especializados en la pesca de calamar, han sido denunciados por prácticas que afectan el equilibrio del ecosistema marino, como el uso de potentes reflectores nocturnos y la frecuente desconexión de los sistemas de identificación automática (AIS), dificultando su monitoreo.
En Ecuador, las autoridades también reforzaron su lucha contra la pesca ilegal en torno a las Islas Galápagos, tras episodios como la captura del buque Fu Yuan Yu Leng 999 en 2017, que transportaba 300 toneladas de especies capturadas ilegalmente.
Una región en alerta
El Estrecho de Magallanes es no solo una ruta crítica para el comercio internacional, sino también un ecosistema vulnerable. En este contexto, Chile ha reafirmado su compromiso de proteger su soberanía marítima y los recursos naturales mediante un control permanente y coordinado de las flotas internacionales que transitan por sus aguas.
Con el aumento de la actividad marítima, las autoridades chilenas planean seguir fortaleciendo sus capacidades de vigilancia para garantizar tanto la seguridad de la navegación como la protección ambiental en una de las rutas más emblemáticas del hemisferio sur
Compartinos tu opinión