
El Centro de Empleados de Comercio (CEC) confirmó su adhesión al paro provincial convocado para este miércoles en Tierra del Fuego, en rechazo a las medidas nacionales que impactan de lleno en el entramado industrial fueguino. Desde la organización sindical advirtieron que la caída de la actividad fabril no solo afecta a los operarios metalúrgicos, sino también a cientos de trabajadores de limpieza, gastronomía, seguridad y comercio.
En diálogo con Minuto Fueguino, Daniel Rivarola, secretario adjunto del CEC, explicó que la medida incluirá asambleas en los principales supermercados de la ciudad como forma de visibilizar el malestar de los empleados del sector. “Vamos a realizar asambleas en los cinco locales de La Anónima, en los dos de Carrefour, en Diarco, Hipertehuelche y Maxi Consumo. Son los comercios más emblemáticos y allí los compañeros van a manifestar su preocupación”, sostuvo.
Rivarola señaló que la convocatoria fue enviada a los trabajadores del rubro y reconoció que la dispersión del comercio chico, con más de 400 empleadores entre Río Grande y Tolhuin, dificultará la uniformidad de la medida. Sin embargo, remarcó que el impacto de la crisis no distingue rubros, ya que muchos de los trabajadores del comercio también prestan servicios en las fábricas, especialmente en tareas de limpieza.
“En las plantas tenemos casi 200 compañeros del gremio que hacen maestranza. Y si a eso le sumás al personal de cocina, seguridad y logística, la afectación se multiplica. Por eso, cuando dicen que el conflicto es solo de los metalúrgicos, están equivocados”, afirmó.
Según Rivarola, la cadena de efectos es mucho más profunda. Cuando se despide a un operario, explicó, no solo se pierde un salario: se interrumpe un circuito económico que afecta a empleadas domésticas, guarderías, comercios de cercanía y hasta servicios de salud y transporte. “Un trabajador despedido ya no puede pagar una niñera, no lleva a su hijo a la guardería, no consume en el almacén. Esa es la economía real de Río Grande y cuando se paraliza la industria, se frena todo”, sentenció.
Consultado sobre el impacto en los comercios que venden productos electrónicos, como celulares y televisores, Rivarola indicó que la baja en ventas es evidente, pero que el problema central no es la competencia o el precio, sino la falta de consumo. “Podemos tener televisores más baratos en las góndolas, pero si las fábricas cierran, ¿a quién se los vamos a vender? Si la gente deja de percibir salario, deja de comprar. Así de simple”, expresó.
Finalmente, advirtió que si no se revierte la situación y no se protege la economía local, la crisis se extenderá a todos los sectores: “Esto no es solo un problema de producción, es la economía de Río Grande la que está en juego. Y si cae la economía, cae el empleo en todos lados”.
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